Adel sabía como hacerlo: llamando a Alberto, y ya después, hablando con el skater.
Pero no iba a decir nada.
Todas estaban cansadas, pero también querían resolver aquel "enigma".
-Lo más fácil: vamos a la discoteca ese día y él estará allí, creyendo que tiene la entrada. Entonces, se la daremos y punto. Es muy sencillo -dijo Nicol, mientras se restregaba el ojo y bostezando.
Pero Natasha no le veía el visto bueno a ese plan. Presentarse allí, sin estar seguras de si el chico iría, o se habría dado cuenta que no tenía la entrada y no había ido.
Se mordió los labios.
-¿No lo podemos aclarar mañana? -preguntó Irene. Los párpados se le estaban cerrando todo el rato.-Bueno, yo me voy a dormir ya, si decidís algo, mañana me lo contáis. Buenas noches.
Se dieron las buenas noches e Irene se fue a dormir.
Las demás tampoco tardaron, quedaron en que al día siguiente hablarían.
Un molesto rayo de sol despertó a Carol. Se dio la vuelta, intentando reconciliar el sueño, pero no pudo.
Bajó silenciosamente la escalerita y se lavó la cara. Después, se asomó a la ventana. Todo parecía muy tranquilo, pero, de repente reparó algo. Una cabellera rubia estaba corriendo por allí abajo. ¿Quién sería?
Pasaron unos segundos, y otra acudió corriendo. ¿Podrían ser las trillizas rubias? Si era así, ¿qué hacían?
Ya todas vestidas, fueron a desayunar. Pero, David y Sergio, el chico borde que tenían delante en clase, les impidieron el paso:
-Yeeeee -saludó Sergio, como si se conocieran de toda la vida.
-Apartarte -le pidió Nicol.
-¿Y si no queremos? -vaciló Sergio.
-¿Eres amigo de este cretino? -preguntó Adel,dirigiéndose a David, con los ojos como platos.
-Yo...Bueno...
A Irene le pareció encontrar un poco de su antiguo amigo, pero dejó escapar esa pequeña esperanza
-Seeeep, ¿algún problema? -contestó, por David, Sergio.
-Le hemos preguntado a David, no a ti. Oveja, que respondes siempreeeeee asííiíííi -le imitó Irene.
Todos, incluso David, se rieron. Pero a Sergio no le hacia gracia, ni pizca de gracia.
-Oye niña, pa' chulo yo, eh?
Irene rodó los ojos. Pasaba de perder tiempo con gente así. Se hicieron a un lado y continuaron el tramo de escaleras.
Ya en clase, Sergio no dijo nada. Se limitó a cuchichear con su supuesta novia.
Carol, que iba con una de las rusas, Natalie, se pasó media clase mirándola, pensando que estuvieron haciendo esa mañana.
-¿Puede salir Adel un momento? -una profesora acababa de entrar al aula.
El profesor que estaba en ese momento cedió, y Adel salió, con curiosidad.
-Hola Adel, tus padres han llamado, no se para que, ve al despacho. Mercedes te contará todo.
La gimnasta tragó saliva. Se esperaba lo peor, y, seguramente no estaba equivocada...
El móvil de Irene comenzó a sonar, pero no hubo nadie para cogerlo. A esas horas ella estaba en clase. El que llamaba era Dani...¿Sería simplemente para saludarle, o para algo más?
Los ojos de Adel empezaron a llenarse de lagrimas.
-Cariño, han llamado tus padres. Creo que ya sabes de que va el tema -Mercedes se acercó a ella y le dio la mano.
Adel sollozó más, no podía parar.
-Cuánto lo siento yo, creéme. Pero, Londres es una gran ciudad. Y por lo que me han dicho, tu dominas el inglés.
A Mercedes se le rompía el corazón. No podía soportar ver a aquella alumna llorando. ¿Y si...? Podría ser posible, si sus padres querían...
Horas después, Irene vio la llamada pérdida de Dani, se extrañó mucho. Lo llamó pero no se lo cogió. Le echaba de menos la verdad.
Mientras, vio que Adel tampoco estaba allí. ¿Qué estaría pasando?
Volvió a llamar a Dani, esta vez si que se lo cogió, pero no él exactamente; quién había visto la llamada, no había visto que había apretado a la tecla verde:
-Dani, te llama...tu novia -suspiró Sara, mientras ponía los ojos en blanco, Dani estaba detrás de ella y no la veía. Irene, mientras, lo estaba oyendo todo.
-Ah, que bien, dámelo -respondió él, acercándose a Sara.
-Ohh vamos, ¿por qué no te dejas llevar y te vienes conmigo? -Sara le acarició la mejilla, sensualmente.
Dani cogió el móvil y vio que la llamada se estaba haciendo. Se mordió los labios, asombrado.
-¿I-Irene? No es lo que crees -dijo él, desesperándose.
Al otro lado, Irene estaba hecha una furia y a la vez, a punto de llorar.
-Déjalo, v-vete -comenzó a llorar, no sabía muy bien el porque.
-No, por favor, no te entristezcas, Irene...
Pero Irene le dejó en el aire, mientras la conversación se rebobinaba en su cabeza una y otra vez.
Se sentó en el suelo de golpe, aún con el móvil en la mano derecha, y la izquierda en la cara. Ya estaba harta. Lloraba de impotencia, de enfado, de tristeza...
Su amiga Adel también estaba así. Llorando en un baño de otro piso, sin remedio. ¡Se tenía que ir a Londres!
-P*** crisis...-murmuró.
Entendía que el trabajo de su padre pendía de un hilo, y que si no se iban a Londres, se quedarían sin él. ¡Pero ella tenía a sus amigas allí, su vida la tenía allí!
Se había hecho un moño pero aún así mechones de pelo le caían por su cara.
Se la tapó con las manos, mientras una mala idea recorría su mente.
Media hora después, se levantó de allí y busco unas tijeras, algo punzante. Sabía que lo que iba a hacer era una estupidez, que no debía, pero creía que así se calmaría, se sentiría mejor.
Empezó con la punta a hacerse pequeñas heridas en la muñeca, seguidas de pequeños "chorros" de sangre...
Rió. Rió amargamente, mientras la cruda realidad le consumía...
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¡Hola! El cap es triste, no sé porque, me he emocionado escribiendolo en el final XD (no creáis que he vivido una historia similar o que me cortaba, eh?)
Comentad y contarme vuestras reacciones.
Muakis