Elena, en vez de tomar uvas, tomó Lacasitos.
Se acercaba el día de Reyes y Elena cada vez tenía más ilusión.
El 5 de Enero, fueron a la cabalgata y Elena consiguió coger 2 pelotas y lo demás chuches. Irene le tuvo que acompañar de mala gana, junto con Pablo y Cristina, que obligaron a Irene a asistir.
Por la noche, Elena estaba "rebotada". No paraba de andar para aquí, para allá y hablando todo el rato como una loca.
Irene, ya harta de la situación, cogió a Elena como si fuera un saco de patatas y la metió con ropa incluida en el jacuzzi. Puso música relajante, y le dio un breve masaje a Elena.
-Elena, cariño, entiendo que estes tan entusiasmada, todo tenemos ganas, pero tienes que tener más paciencia-explicó Irene.
Elena fue cerrando los ojos.
-Así me gusta. Aguántate esas ganas, guardalas para mañana por la mañana.
-Tengo ganas de ti-dijo Elena con los ojos cerrados.
-¿Qué dices? Eso es una película-preguntó Irene como si Elena estuviera loca.
Irene se acercó a Elena y vio que se había quedado dormida y estaba hablando en sueños.
-Esta chica está loca-murmuró Irene.
Se esperó un poco y la sacó, le puso el pijama como buena hermana y le acostó.
-¡Irene, Elena, a cenar!-llamó Cristina desde la cocina.
-Shhhhhhhhhh. ¡No grites mamá!-exclamó Irene andando hacia la cocina.
-¿Y Elena?-preguntó Cristina.
-Se ha quedado roque-dijo Irene sentándose.
-Pues hoy había su plato preferido: Hamburguesa con queso y patatas fritas.
-Ella se lo pierde. Oye, el hámster está en el garaje, vale?-le informó Irene.
-Vale, ya lo cogeremos luego...
Entró Pablo y cenaron todos.
Irene se fue a dormir también temprano.
Por la mañana, la agua voz de Elena despertó a todos.
-¡¡¡DESPERTAD, RÁPIDO!!!
-Jope la niña. ¡Si aún son las 9 y media!-pensó Irene levantándose.
Elena bajó las escaleras entusiasmada y a lo primero que fue a abrir fue la jaula del hámster, lo más grande. Se quedó de piedra.
-¡Yujuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! ¡Viva, viva! Ahora Kiwi ya no estará solo. Además, la jaula es como un circo. Le voy a llamar...¡Arándano! Es perfecto-exclamó Elena muy feliz yendo hacia la otra jaula para coger a Kiwi y cambiarlo de jaula.
Irene fue a abrir un regalo suyo.
-Qué chula... No está nada mal. ¡Me encanta!-exclamó Irene.
-Yo voy a abrir este...Es bastante grande...-anunció Cristina orgullosa.
Cristina abrió su regalo y se llevó una sorpresa.
-¡La Nespresso, sííííííííí!-exclamó Cristina muy feliz.
Abrieron algunos regalos más, y dejaron sin abrir dos regalos para su abuela Maria, otros dos para sus abuelos, y unos para sus primos.
Se arreglaron y partieron hacia casa de su abuela Maria.
Irene creía que le iban a dejar el regalo de siempre, una bufanda con su nombre, pero en cambio, le regalaron un "culot" para Gimnasia Rítmica, una pelota, un aro, mazas y un maillot.
-Si hago una tabla individual, me lo pondré, eso si me dejan claro-le contó Irene refiriéndose al maillot.
En casa de sus otros abuelos, a Elena le trajeron el Just Dance 4, y a Irene unas Converse.
Por la tarde, Irene empezó a hacer la maleta, porque, os días después volvería al internado.
Elena se pasó casi toda la tarde bailando, Irene después de ordenar su maleta, empezó a leer Sinsajo (se lo habían regalado), Cristina estuvo contemplando la Nespresso como si fuera el cupón ganador de la lotería y Pablo simplemente estuvo escuchando música con uno de sus discos de música clásica nuevos.
Después de cenar, Elena se quedó viendo a sus hámsters en su nueva jaula. Los dos eran chicos.
También, Adel llamó a Irene:
-¡Hola cariño!-le saludó Adel con su habitual tono de voz.
-Hola Adelaida.
-¡No me llames así!
-Vale, vale.
-Pasado mañana volvemos.
-Ya lo sé-admitió Irene con cierta tristeza.
-¿Que te han traído los queridos Reyes?
-Pues muchas cosas. Como por ejemplo... ¡Un pack completo de aparatos de rítmica!
-¡Que chachi piruli!
-¿Chachi, piruli?
-Yes cariño, es mi nuevo y super cool vocabulario. Ja, ja, ja, es broma-rio Adel.
-Hombre, no iba a ser verdad.
-¡Nos vemos pasado mañana! Por cierto, ¿Te ha llamado Nicol?
-Sip.
-Vale, pues nos vemos. ¡Adiós!
Adel colgó e Irene igual.
*****
-¡No!-gritó Irene.
Irene se despertó sobresaltada. Se tocó la frente, la tenía sudada. Había tenido una pesadilla en la que Raúl le amenazaba diciéndole que tenía que elegir entre sus amigas o él, que si no, mataba a sus amigas. Entonces, Irene eligió a sus amigas, y Raúl empezó a tirar tiros como un loco y una bala llegó hasta su casa y la casa se puso a arder.
Suspiró y bajó a la cocina. Encendió las luces. Entonces, escuchó unos piececitos bajar las escaleras.
-Elena, si me quieres dar un susto, ya te he oído, así que...-dijo Irene.
Elena entró en la cocina.
-¿Qué te ha pasado?-preguntó la pequeña curiosamente.
-Una pesadilla, nada más. ¿Quieres un vaso de leche? Yo me voy a hacer uno.
-No, gracias.
Irene preparó su vaso de leche y se lo bebió gustosamente.
-¿Vamos Elena?-le ofreció la mano Irene.
Elena asintió y subieron juntas.
Esta vez, Irene durmió sin pesadillas.
Como siempre:
ResponderEliminarIN-CRE-I-BLE
El hamster es muy mono.
Y pobre Irene con la pesadilla.
Ah! y el nombre del hamster nuevo Arandano jeje
Bueno pues como siempre chulisiimo y que espero el siguientee
Muakis!!
Que guay!!
ResponderEliminarLos regalos y todo jeje:)
Y el nombre del nuevo hámster: ¡Arándano! A Elena le encanta la fruta por lo que se ve, ¿no? Jajajajaa:)
Y lo de la pesadilla,¡qué miedo! Aunque ha estado genial :)
Me encanta como siempre
Besitos:)