Hubo un silencio en la mesa.
-¡Tienes razón! ¡Qué fuerte, qué fuerte, qué fuerte!- exclamó Carol.
-En fin, yo, me voy a ver que hace Ana. Adiós chicas-se despidió Claudia mientras se levantaba.
Después, las demás también se levantaron.
Claudia ya había llegado a la habitación. Cuando entró, se llevo una pequeña sorpresa.
-¿Ana, por qué lloras?-preguntó Claudia, aunque ya sabía la respuesta.
-Por nada, es que, la nostalgia, nada más- mintió Ana.
Claudia no le creía, pero decidió no preguntarle más.
-¿Y Natasha?
-Creo que en la sala común-respondió Ana secándose las lágrimas.
-Vale, gracias-le agradeció Claudia.
En otra habitación, Nicol estaba saltando de alegría, pues había recibido una carta de Alberto.
-¡Léela! Venga- le dijo Mireya.
-Vale, vale, un respiro, que es MI carta de amor-dijo de broma Nicol.
Adel puso los ojos en blanco.
-Allá voy: Nicol, hoy, ha sido sin duda uno de los mejores días de mi vida. Ese beso para mí, vale más que un millón de euros. Atentamente, Alberto.
-Uuuuuuuu, que romántico. Con la pinta que tiene de chico duro- dijo Carol.
El móvil de Nicol sonó, era el tono de mensaje.
-¿Será él?- preguntó Nicol mientras el abría móvil.-No es él, es de Claudia, lo voy a leer:
Hola Nicol, he descubierto todo, venid esta noche a la sala común y os lo cuento, aquí, las paredes oyen. Nos vemos sobre las 12.
-Vale, pues a la noche iremos- repuso Adel animada.
-Yo no, lo siento chicas, tengo que estudiar de Biología- dijo Mireya a la vez que se apartaba un mechón de pelo.
-Pero si es para el Lunes, aunque si prefieres estudiar por la noche, aquí te quedas- le dijo con desdén Adel.
Mireya le lanzó una mirada desafiante y luego sacó su portátil y se puso a navegar en Internet.
Nicol y Carol se fueron a la sala común, Adel se fue a darse una ducha, e Irene se tumbó en la cama y a continuación se puso a leer "En llamas".
Diez minutos después, alguien llamó a la puerta. Irene se levantó a abrir, pero cuando estuvo a 30 centímetros de la puerta, la puerta se abrió, lo que provoco que Irene se diera un golpe.
-¡Hola, hola, hola!- saludó David.
-¡Daaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaviiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiid!-chilló Irene.
-Huy, ¿Qué te ha pasado en la nariz,, Rudolph?
-¿Estás de coña? Por tu maldita culpa has abierto la puerta y me he dado, ahora la tengo roja- le dijo Irene mosqueada.
-Ahhh, ohhh, uhhh. Lo siento. Pero te queda bien el papel de Rudolph- le dijo David.
Mireya contemplaba la escena, le hacía gracia la pelea.
En ese momento, entró Edu por la puerta, y al ver a David y a Irene juntos, le entró una oleada de celos.
-Hola... Perdón por molestar- dijo Edu.
David se hizo a la derecha para que pasara, y derribó a Irene, que la tenía al lado.
-¡David!- exclamó Irene a la vez que se levantaba.
-Ups- dijo David entre dientes.
Edu miraba a David con una mirada de odio.
-Yo venía a decirte que si te venías conmigo a dar un paseo, Irene- repuso Edu.
-Lo siento Edu, justamente ahora nos íbamos- contestó David rápidamente, pues sabía que a Irene no le gustaba estar con Edu.
-¿A donde os vais?- preguntó Edu curioso y con celos.
-A jugar-mintió David.
-A la biblioteca- respondió a la vez Irene.
-¿Qué?- preguntó de nuevo Edu confuso.
-Nos vamos.... ¡A jugar a la biblioteca!- dijo David.
-Sí, exacto, nos vamos, adiós Edu- se despidió Irene agarrando la muñeca de David y yendose de la habitación lo más rápido posible.
Ya más calmados, en el jardín, empezaron a hablar:
-Gracias David- agradeció Irene.
-De nada, ¿Para qué está la gente que te pega en las puertas?
Irene sonrió.
-Para pegar en las puertas bobo.
-Es verdad, no lo había pensado.
Entonces, Irene le dio un beso en la mejilla a David, le volvió a decir gracias y se fue.
David enrojeció, por suerte, Irene no lo vio. A David le gustaba Irene, pero él intentaba lo posible para que pareciera que eran amigos y yasta, no quería destruir su amistad de amigos.
Pasaron las horas y se hizo de noche, todos estaban durmiendo.
-Vamos, ya veo a Claudia-susurró Adel.
Se adentraron en la sala común, allí estaba Claudia.
-Venga, cuéntanos-susurró Irene.
Todas hablaban entre susurros.
-Pues, después de nuestra charla en el comedor, volví a mi cuarto, y cuando entré vi a Ana llorando. No cabe duda de que es por el rollito que teneis Alberto y tú. A Ana le gusta Alberto y siente celos de ti, pero los intenta esconder-dijo Claudia señalando a Nicol.
Irene dramatizó y dejo escapar un ¡Oh!
-En fin, eso es todo, ahora, volvamos a nuestros cuartos- les dijo Claudia.
Salieron del cuarto, y se les olvidó un pequeño detalles, alguien les había estado espiando.
Alberto es tan mono con Nicool cuando quiere :)
ResponderEliminarPero pobre Ana...
Al final me has dejado con la intriiga... ¿Quién les ha estado espiando?
Espero el siguiente con muchas ansiias!
Besooos!
Nicol and Alberto in love.=))
ResponderEliminarIrene ya ha hablado como una niña de 13 años.
Sigue asi,wapaa