sábado, 1 de diciembre de 2012

Cap.1-¡Por fin el día!


-¡¡¡Riiiiiiiiiiiiiiiing!!!- sonó el despertador.
Irene lo apagó entusiasmada. Por fin había llegado el día. Era 5 de Septiembre.
-¡Bien! Por fin, por fin es el día. Hoy entraré en el internado - pensó Irene mientras
  iba corriendo a la habitación de sus padres.
-¡Mamá, papá! Despertad, hoy es el día. Vamos, rápido, que aún tenemos que llegar a Valencia.
Ellos vivían en Castellón.
Sus padres, Pablo y Cristina la miraron y sonrieron.
-Nunca había visto a alguien tan contento por entrar a un colegio.-dijo Pablo con un aire divertido.
En ese instante, Irene se fué a su habitación , cogió un peluche y volvió con sus padres.
Luego, le lanzó el peluche a su padre.
-¡Ay! Oye, qué era de broma.
-La próxima vez te lo pensarás- repuso Irene medio enfadada medio riendose.
De repente, llegó la pequeña Elena. Elena tenía 9 años, tampoco era tan pequeña, pero todos la apodaban así.
-Buenos días hija- dijo Cristina.
-Hola, me habéis despertado- dijo Elena con tono gruñón
-Lo sentimos cariño, pero tarde o temprano te ibas a despertar...- dijo Pablo
-¡Venga, daros prisa! Rapidito - exclamó Irene.
Despúes, Irene se fué a su cuarto a vestirse. Eligió una de sus camisetas preferidas, una a rayas blancas y rosas. A Irene le quedaba muy bien. Irene era bastante guapa. Tenía los ojos verdosos con un toque de azul celeste. Llevaba el pelo por los hombros, de color castaño clarito. De estatura era normal y no estaba ni flaca ni gorda.
Terminó de vestirse y se dirigió al baño. Se peinó el pelo y se puso su nueva colonia de Justin B. la de Someday.
-¡¡¡Mamá, papá, Elena, daros prisa!!!- gritó Irene.
Eran las 11, y tenían que estar a las 12.
Irene esperó unos 10 minutas más en el vestibulo. Llevaba su maleta morada y una moquila con sus libros.
Sus padres y Elena salieron de las habitaciones ya vestidos y aseados.
-Te voy a apodar Miss Mandona. Esto parece la "Mili"- comentó Elena.
Irene iba a contestarle, pero se detuvo.
-Enana asquerosa-pensó con rencor.
Luego, bajaron por el ascensor hasta el garaje.
Se subieron en coche y cuando salieron por la puerta del garaje, Irene se giró y murmulló:
-Te echaré de menos, casita.
-¿Qué has dicho?- preguntó Elena.
Irene no le respondió.
El viaje se hizo un poco largo. Elena jugaba con su Nintendo XL, Pablo y Cristina hablaban
sobre política e Irene escuchaba música con los auriculares puestos.
Pasaron los 45 minutos. Llegaron a Valencia.  Irene se miró el reloj. Llegaban justos, eran las 11:50.
-¡Mira cielo! Ya hemos llegado, es ese edificio gigante de allá.
Irene lo miró asombrada. Se notaba que era moderno.
-Bueno, pues, esto va a ser como mi "casa", tendré que acostumbrarme, no?- pensó con cierta
alegría.
Volvió a mirar el edificio. Aún no se podía creer que había llegado hasta allí.

3 comentarios:

  1. Hola, como te prometí, me he pasado a leerlo, escribes muy bien :) Como todavía estoy empezando no puedo decirte gran cosa, pero tiene muy buena pinta :)
    Besos xoxo

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  2. Me gusta la historia, lo del internado me ha recordado al libro de Medianoche. Jajaja. Voy a leerme el siguiente. Si quieres pasarte por mi blog novela: eldiariodeanaa.blogspot.com

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